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El cáncer de próstata, tan cercano y tan lejano.

El cáncer de próstata es el segundo más frecuente en hombres, produciéndose unos 900.000 casos nuevos cada año (había más de 215000 casos en España en el año 2012(1)). Aunque la tasa de mortalidad por este tipo de tumores va decreciendo, se está consiguiendo, principalmente, por la detección precoz y el comienzo de tratamiento en los primeros estadíos de la enfermedad, impidiendo de esta forma que se expanda a otros órganos, siendo estos casos los más graves de la enfermedad. Vamos a indagar un poco en la enfermedad, tan cercana a nosotros y a la vez, a veces, tan desconocida. El conocimiento es lo que más puede ayudar a minimizar esta (y cualquier) enfermedad.

Cáncer de próstata,

                                           tan cerca y tan lejos.

 

1.- Morfología local. Enfermedades de la próstata.

           
            La próstata es una glándula que tiene el hombre justo vajo la vejiga urinaria y frente al ano. En ella se produce parte del líquido seminal que acompaña a los espermatozoides, aunque el resto se produce en las vesículas seminales, justo encima y a los lados de la próstata. En su interior se contiene  la primera parte de la uretra, que es por donde fluye tanto la orina como el semen.

            La próstata empieza a crecer desde las primeras fase de desarrollo del feto, continua creciendo hasta la edad adulta y después mantiene su tamaño mientras siga la producción de hormonas masculinas por parte del organismo. Cuando este flujo de hormonas cesa, la próstata pierde su utilidad, empieza a disminuir de mtamaño hasta casi desparecer.

             Las tres enfermedades más frecuentes que afectana  la próstata son:

-        Prostatitis: inflamación de la próstata, producida por una infección o no. Las crónicas uelen darse en personas mayores de 50 años con hipertrofia benigna de próstata, es decir una próstata con un tamaño mayor de lo normal. Las agudas suelen aparecer como una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual). Los síntomas no son los mismos en ambos casos, pero sí parecidos: dolor y dificultad al orinar, poca cantidad, sangre en orina y/o

 
-        semen, fiebre en las bacterianas, dolor en las deposiciones...

El tratamiento se puede hacer con antibióticos en el caso de las infecciones o sintomático en el de las no infecciosas.

-        Hiperplasia Benigna de Próstata: no es un tumor sino un aumento del tamaño cuando debería ir disminuyendo en condiciones normales. Los problemas que acarrea son: dificulta al orinar, retención urinaria, dolor, frecuentes prostatitis por infección bacteriana, sangre en orina, impotencia, litiasis... Más del 50 % de los varones de más de 50 años sufren HBP más o menos grave, pero muchos menos de la mitad son tratados(2).

Los tratamientos posibles son tres, que debe decidirlos el médico: tratamiento paliativo del dolor, tratamiento con medicamentos para disminuir la retención urinaria o tratamiento quirúrgico para extirpar una parte de la próstata. 

-        Cáncer de próstata: se debe al crecimiento incontrolado de algunas células de la próstata. Muchas veces cursa de forma casi asintomático y el paciente puede morir años después sin saber que ha sufrido un tumor. Sin embargo, el principal problema son las metástasis ya que entonces se agrava todo el cuadro clínico del paciente. Los síntomas son parecidos a una hiperplasia benigna ya que se produce un efecto muy similar. Por eso en la farmacia hacemos siempre hincapié de que “los mismos síntomas no siempre son la misma enfermedad y, desde luego, no requieren el mismo tratamiento”. Puede incluso darse, tanto en el caso de la HBP como en el cáncer, dolor de espalda o en los riñones porque la próstata puede presionar sobre la médula.

El tratamiento puede ser cirugía, inmunoterapia, radioterapia, quimioterapia o mezcla de varios de estos tratamientos al mismo tiempo.
 

2.- Detección precoz. PSA o tacto rectal.

 
            Lo más importante a la hora de empezar un tratamiento de un cáncer de próstata es saber en qué fase se encuentr ala enfermedad, ya que no es lo mismo empezar a tratar cuando el crecimiento descontrolado está empezando y apenas se ve en las pruebas diagnósticas la presencia del tumor que cuando ya ha crecido bastante y existen incluso emtástasis a otros órganos del cuerpo.

             Para la detección, se hace un cribado previo con una simple analítica de sangre a hombres, preferentemente mayores de 50 años (o antes si existen antecedentes familiares de tumores). Lo que  se busca en sangre(3) es una molécula llamada antígeno específico de próstata (PSA, por sus siglas en inglés) que la fabrica la próstata. Cuando la próstata es normal, la cantidad de PSA en sangre es normal. Cuando la próstata crece demsiado, empieza a producir más cantidad de PSA y eso se puede ver en sangre. Sin embargo, en estos análisis puede haber falsos positivos o negativos, hay un baremo internacional demasiado amplio y hay médicos que, si la PSA da valores por encima de 2,5 ng/mL, recomiendan complementar con otra prueba: biopsia o tacto rectal, mientras que otros ponen ese límite en 4 o en 5 ng/mL. En cualquier caso, hay que tener en cuenta muchos otros factores como raza, edad, antecedentes familiares... y debe valorarse muy seriamente entre médico y paciente informado para decidir si se hace, por ejemplo, una biopsia, que puede acarrear molestos efectos secundarios.
 

            El tacto rectal no es más que una exploración directa pro parte del médico. Como se dijo al principio, la próstata es una glándula que está situada justo enfrente de la salida del ano, por lo que el médico puede palparla y comprobar el tamaño sin tener que someter al paciente a una cirugía.
 

            Otra prueba es la biopsia. Es sencilla pero más invasiva: se extrae un trozo de la próstata, se analiza al microscopio y se ve si exite proliferación celular descontrolada, es decir, un tumor. La escala de Gleason consiste en valorar dos zonas diferentes del tejido supuestamente afectado, darle un valor de 1 a 5 (de menor a mayor proliferación celular), sumarlos y obtener un valor entre 2 y 10, donde 2 es poco crecimiento y 10 es el máximo. Así vemos la gravedad o invasividad de un tumor en el órgano afectado.

 
            Sin embargo, todo esto sólo puede apuntar, no sirve para un diagnóstico. Para ello, lo que se suele hacer es complementar pruebas diferentes para que den un resultado final más seguro ya que tanto el tacto como la detección de PSA en sangre se ha visto que no son eficaces al 100 % (qué lo es en medicina...) y los errores deben minimizarse para no someter a una cirugía a un paciente sano ni descuidar a un paciente enfermo. Lo que sí está claro es que la analítica, siendo lo más fácil, debe aumentar su frecuencia una vez que empiecen a notarse que los niveles van elevándose, aunque aún no esté dentro del rango de “peligro”.

 
            Hay estudios que demuestran que, si escogemos a numerosos posibles pacientes, el tacto rectal da un porcentaje de detección, que es superior cuando se hace la búsqueda de PSA y, aún superior, en el caso de usar ambos métodos conjuntamente. Esto no quiere decir más que amás pruebas, más detección, lo cual es bastante obvio. Por eso no debemos descuidarnos en el caso de que una sola prueba dé negativo.


4.- Tratamiento.

 
            El sistema TNM busca clasificar el cáncer según su gravedad y extensión. Tiene en cuenta muchos factores y al final da un dato que ayuda a que el médico pueda elaborar una pauta de actuación. No es lo mismo tratar un tumor en sus primeras fases, que otro, aunque sea en el mismo órgano, que haya evanzado por los ganglios linfáticos cercanos o inlcuso que haya desarrollado metástasis.

            Existen tres estrategias consideradas estándar para el manejo del cáncer de próstata localizado:

-        Cirugía.

-        Radioterapia con/sin hormonoterapia.

-        Observación vigilada.

 

            La elección del tratamiento depende de varios factores:

-        La probabilidad de que el tumor esté limitado a la glándula prostática y por lo tanto sea potencialmente curable.

-        El tamaño tumoral y el grado histológico (grado de agresividad del tumor).

-        Edad del paciente y estado general, así como enfermedades asociadas.

-        Potenciales efectos secundarios de las diferentes formas de tratamiento.

 
            Antes de elegir la mejor opción terapéutica es primordial que la extensión de la enfermedad esté correctamente evaluada. Los principales factores para predecir la evolución de la enfermedad antes del tratamiento son el estadio evolutivo, el nivel de PSA en sangre, el volumen tumoral (nº de biopsias positivas y porcentaje del material obtenido en la biopsia que está afectado por el tumor) y el grado de agresividad del tumor, referido como puntuación de Gleason.

La mayoría de los varones diagnosticados de un cáncer de próstata presentan cifras elevadas de PSA en sangre. El nivel de PSA en el momento del diagnóstico proporciona importante información sobre la probabilidad de que el tumor esté limitado a la próstata. Pacientes con
PSA < 10 ng/ml tienen 70-80% de probabilidad de que la enfermedad esté localizada, si los niveles de PSA oscilan entre 10-50 ng/ml el 50% estarán localizados, si el PSA es > 50 ng/ml tan sólo un 25% estarán localizados.

La probabilidad de recaída de la enfermedad después del tratamiento también es mayor conforme aumenten los niveles de PSA.

 
5.- Prevención. Dieta.
 

            La prevención es complicada ya que no sólo depende de nuestro estilo de vida y hábitos, sino que los tumores tienen un importante componenete genético. Además de eso, no podemos controlar todos los agentes cancerígenos que nos rodean (desde el humo de los coches al humo que sale de una sartén con aceite en el fuego).
    
            Hace unos años se pensaba que se el cáncer de próstata podía estar asociado al consumo de carnes rojas, pero esa relación, conforme se hacen más estudios más exhaustivos, se va desvaneciendo y no parece que exista hoy día una relación directa.

           Sin embargo, sí que parece ser que una dieta más variada (como casi siempre), ayuda a prevenirlo porque se ve menor incidencia de tumor de próstata entre personas que comen

-        más vitaminas (especialmente A, D y E, frecuentes en verduras y algunos aceites vegetales),

-        más cereales (arroz), algunos minerales como el selenio(16) (presente en pescados, mariscos, carnes rojas, huevos, cereales, ajo...),

-        más productos de origen vegetal como el licopeno de los tomates(19),

-        más grasas de origen vegetal (oliva, girasol, sésamo...) y

-        menos calorías totales (comidas menos grasas). Por ejemplo, hay menor incidencia de este tipo de cáncer en Japón (abundante el arroz, las verduras con vitaminas, algas con minerales, aceites vegetales variados y poca grasa de origen animal) que en Europa o EEUU.

            Dentro de EEUU, se hizo un estudio sobre 14000 varones pertenecientes a la “Iglesia adventista del Séptimo Día”, con un alto consumo de verduras, especialmente tomate, rico en licopeno, y baja en grasas animales, que tenían hasta un 35 % menos de incidencia de cáncer de próstata y hasta un 53 % menos en los casos agresivos de esta enfermedad(20).        

            Son datos muy a tener en cuenta pero no debemos decir: “como yo como mucha fruta, verdura, poca grasa y hago ejercicio, no necesito preocuparme”. Eso es un grave error porque, aunque haya estudios que así lo afirmen, sond atos en continua revisión. Sond atos complicados ya que una dieta no es un medicamento que o lo estás tomando o no lo estás tomando. Una dieta incluye más variables y por tanto los estudios y los metaanálisis (corrección de errores a través de comparar cientos de estudios sobre el mismo tema para poner en común los resultados y evitar desviaciones) deben ser mirados de forma más escéptica.

            Así pues, desde la farmacia seguimos haciendo énfasis en que llevar una vida sana ayuda, y mucho (además, no sólo para el cáncer de próstata sino para otro buen montón de enfermedades), por lo que es más que recomendable. Pero no se deben menospreciar ni los síntomas (un dolor al orinar que aparece unos días y vuelve al cabo de unos meses no es para restarle importancia ni mucho menos, ni las pruebas de cribado, que deben comenzar sobre los 50 años si no hay antecedentes y tener una frecuencia que el médico irá valorando en función del historial clínicio del paciente, los síntomas, la genética...

 

Bibliografía:

 

(1)   https://www.aecc.es/sobreelcancer/cancerporlocalizacion/cancerdeprostata/Paginas/incidencia.aspx

(2)   https://www.lillypro.es/urology/urology-nurses/copy_of_patologias/hbp/incidencia-de-la-hbp-y-epidemiologia

(3)   http://europepmc.org/abstract/MED/7685418

(4)   https://www.aecc.es/SobreElCancer/CancerPorLocalizacion/cancerdeprostata/Paginas/cancerdeprostata.aspx

(5)   http://www.dmedicina.com/enfermedades/cancer/cancer-prostata

(6)   http://www.cancer.gov/espanol/tipos/prostata

(7)   http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002096.htm

(8)   http://www.prostatecancertreatmentcenter.com/

(9)   http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0210-48062003000600001&script=sci_arttext

(10) http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0300483X02002603

(11) http://cancerres.aacrjournals.org/content/49/7/1857.short

(12) http://europepmc.org/abstract/MED/7512659

(13) http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdeprostata/resumen/resumen-sobre-el-cancer-de-prostata-early-survival-rates

(14) http://www.cancer.org/espanol/cancer/cancerdeprostata/guiadetallada/cancer-de-prostata-early-detection

(15) europepmc.org/abstract/MED/7685418

(16) http://www.seom.org/en/informacion-sobre-el-cancer/info-tipos-cancer/genitourinario/prostata?start=7

(17) http://www.cancer.gov/espanol/recursos/hojas-informativas/deteccion-diagnostico/estadificacion

(18) http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=183163

(19) http://cebp.aacrjournals.org/content/13/3/340.short

(20) COHEN HJ, CRISTAL AR, STANFORD JL.: Fruit and vegetables ingestion, and prostate cancer risk. J Natl Cancer Inst 2000; 92: 61-68.

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