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Lactancia, ¿materna o artificial?

Hay mucho debate en torno a la lactancia, cómo debe hacerse, qué es lo mejor y lo peor, quién puede y quién no puede y un largo etcétera. Vamos a intentar explicar las ventajas y los inconvenientes de cada opción, para así tener un poco más de datos sobre los que formarnos nuestra propia opinión.

Lactancia,

                                           ¿materna o artificial?

Hay mucho debate en torno a la lactancia, cómo debe hacerse, qué es lo mejor y lo peor, quién puede y quién no puede y un largo etcétera. Vamos a intentar explicar las ventajas y los inconvenientes de cada opción, para así tener un poco más de datos sobre los que formarnos nuestra  propia opinión. Además, siempre nos quedará el recurso de preguntar a un experto en el tema, es decir, un médico, un farmacéutico, un enfermero o un dietista-nutricionista (titulado, que como es una rama nueva de la ciencia en nuestro país, aún hay mucho intrusismo en esta profesión que no poseen los conocimientos adecuados).
 
Antes de empezar debo aportar dos datos, uno lo haré ahora y otro, mi opinión personal, al final del artículo.

La Organización Mundial de la Salud y las principales asociaciones de pediatría y de nutrición de todo el mundo recomiendan la lactancia materna como alimento exclusivo del bebé los primeros seis meses de vida y como alimentación complementaria hasta los dos años o hasta que la madre o el bebé decidan. Recordemos que esto no es una obligación sino una recomendación.

 
Vamos a hablar de las ventajas de la lactancia materna y de la lactancia artificial. A continuación, de los problemas que presentan ambas opciones. Evidentemente, se han escrito muchos libros, estudios, ensayos, debates... sobre cada uno de esos cuatro aspectos, por lo que no nos vamos a extender para aportar todos los datos posibles. Vamos a hacer un breve resumen de cada opción sin profundizar demasiado.

1.- Ventajas de la lactancia materna.
 

            1.1.- Nutricionales. La primera y la más evidente es la ventaja nutricional. La leche materna cambia de composición continuamente para aportar al bebé en cada caso los nutrientes que más necesita. Así, la toma de por la mañana no es la misma que la de por la noche porque las necesidades del bebé no son las mismas. Es más, dentro de la misma toma, empieza más agua y azúcar, para saciar la sed y acaba con un contenido más graso, para saciar el hambre después. Además, los primeros días, el calostro, encontramos una alta cantidad de inmunoglobulinas, que son las defensas naturales que la madre pasa al bebé para que le defienda de infecciones que pueden atacar al pequeño, que apenas tiene formado el sistema defensivo (inmunológico) de su cuerpo.

 
            1.2.- Sensoriales. Aquí entramos en un apartado más subjetivo porque no es algo que se pueda medir. Sin embargo, se recomienda la lactancia materna por la estimulación del vínculo de unión que existe entre madre e hijo. Cuidado aquí con malinterpretaciones, que no quiero decir que si se da leche artificial o de fórmula no haya esa unión. Simplemente digo que, de las muchas formas que hay para relacionarse entre madre e hijo, esta es una más y, por lo que implica (tiempo, gestos, contacto físico...), es de las más importantes.
 

            1.3.- Económicos. La lactancia materna es gratuita. Bueno, no del todo porque la madre debe comer algo más para que su cuerpo elabore la cantidad necesaria de leche, pero es un gasto mínimo en comparación con el desembolso que supone comprar latas y latas de leche artificial. Haciendo un cálculo aproximado, puede consumir una lata a la semana de media (al principio menos, cerca de los seis meses, más). Si un precio normal de una leche de fórmula de farmacia del número 1 (inicio, de cero a seis meses de edad) está en torno a los 16-17 euros, podemos hablar de que se gasta, en 6 meses, unos 400-500 €. Y eso sin contar cereales que empiezan a meter a partir de los 4 meses en general.

 

2.- Ventajas de la leche de fórmula.

 
            2.1.- Tiempo. Lo principal es la libertad que proporciona a la madre, ya que con la lactancia materna la madre no puede estar separada más de un par de horas de su bebé. Y esto, que parece poco importante, cuando lo extrapolamos a 4 o 5 meses de vida (aunque aumenten las horas que puede estar el pequeño sin comer) es algo que puede llegar a ser agotador para la madre.
           

            2.2.- Hábitos de la madre. Si la madre es fumadora, lo cual no es aconsejable pero muchas veces se da el caso (sabemos de lo difícil que puede llegar a ser dejar de hacerlo), puede seguir porque no pasará nicotina al bebé a través de la leche. Además, la madre no deberá condicionar su alimentación a que la nutrición de su hijo depende de lo que ella coma, así como el sabor de su leche, que a veces puede provocar rechazo a la toma por parte del bebé.

 
            2.3.- Control. Otro detalle es que controlamos perfectamente las cantidades que toma el pequeño, cosa imposible con la lactancia materna. En el caso de que esté malo y coma menos, nos daremos cuenta enseguida, mientras que con el pecho eso no es algo tan factible.
 

            2.4.- Sensoriales. En la lactancia materna, por suerte o por desgracia, la madre es la que se implica. En la lactancia artificial, el padre puede compartir esta tarea, no sólo hacer el biberón y ya está, sino que, por ejemplo, la mitad de las tomas las puede dar el padre y la otra mitad la madre. De esta forma, ese vínculo especial que la lactancia materna proporcionaba entre madre e hijo, aquí podemos potenciarlo también entre el padre y el hijo, consiguiendo así un mayor equilibrio, que se pierde en el caso de la lactancia materna; de nuevo, cuidado con malinterpretaciones, que no quiero decir que los niños quieran más sólo a quienes les alimentan, pero sí que es un factor importante de cariño y de sentido de cuidado. Cuando un bebé llora, no sabría decir porcentaje, pero seguro que más de la mitad de las veces (y me quedo corto) llama a la madre o es ella la que puede consolarlo y no el padre. Aquí, por mucho que nos hayamos esforzado y lo hayamos intentado, hay veces que una hora del padre intentando consolar un llanto no es tan efectivo como 2 minutos de una madre meciendo abrazado al pequeño. En este sentido, podríamos decir que la lactancia artificial es algo más “políticamente correcta”.

 
3.- Inconvenientes de la lactancia materna.
 

            3.1.- Tiempo. No es que requiera mucho tiempo, ya que es más fácil y rápido dar el pecho que preparar un biberón. Pero sí que requiere tiempo de la madre, que no puede ir a trabajar mientras dure la lactancia (a menos que pueda tomarse descansos frecuentes y tener a su hijo cerca, trabaje en casa o tenga un contrato por horas) y no puede alejarse de su bebé más de 2 o 3 horas. Además, las noches se pueden hacer muy largas despertándose cada cierto tiempo para amamantar, especialmente los primeros meses.

 
            3.2.- Padre excluido. Como es evidente, el padre no puede darle el pecho al bebé. Aunque se han dado casos de padres con galactorrea (secreción de leche), es algo psicológico, que ocurre por asociación de ideas, imágenes y sensaciones, y es imposible que segregue cantidad suficiente como para amamantar. Por tanto, la carga de la alimentación recae exclusivamente sobre la madre, quedando el padre un tanto al margen.
 

            3.3.- Motivos personales/culturales. Hay madres que tienen sus propios motivos para no dar el pecho como son los motivos estéticos. La madre decide que si le da el pecho, puede salir perdiendo estéticamente, así que decide no hacerlo. Pues una opción, pero como aquellas que deciden no tener hijos para no perder la figura. Aquí ya entramos en el terreno de las decisiones personales donde, personalmente, creo que nadie se equivoca mientras no dañe a los demás. Puede parecer, a la vista de otros, frívolo y egoísta, pero debemos recordar que casi todos tenemos alguna manía o hábito que a los demás puede no gustar. Y lo primero que hay que hacer es respetar.

            En cuanto a los motivos culturales, sólo hay uno y es que hay sitios donde está mal visto amamantar en público. De hecho, he estado comiendo en un restaurante donde el padre se ha levantado con una manta, la ha puesto a modo de cortina y ha tapado a la madre durante el tiempo que ha durado la lactancia. Pues si quiere hacerlo, estupendo, pero llama mucho más la atención eso que darle el pecho de una forma natural. Si lo que quieren es pasar desapercibidos, no es la mejor opción. Sin embargo, comprendo que haya gente que no quiera dar el pecho en público y prefiera darle biberones o taparse.
 

            3.4.- Imposibilidades. No está bien usada la palabra imposibilidades, más bien serían problemas generados por la lactancia materna. Entre ellos podríamos destacar dos principalmente:

                        3.4.1.- Grietas. Se suelen formar por una mala posición en la succión del bebé. Aunque es un movimiento reflejo (esto es, que no hay que enseñarlo sino que el bebé sabe hacerlo de forma innata), a veces no se coloca bien ante el pecho o la madre no está en la posición más adecuada o no coge bien el pezón con los labios. El caso es que la consecuencia final suelen ser dolores en pezón y areola de la madre, incomodidad en el bebé y, a la larga, aparecen grietas alrededor del pezón. Aunque hay cremas para las grietas del pezón, lo suyo es que no aparezcan. Para ello, lo mejor es acudir a expertos en lactancia que indicarán la forma más adecuada para poner al bebé (el bebé sabe mamar de forma innata, pero los padres somos algo más torpes y no sabemos colocarlos bien desde el primer momento) y con eso se evita, en un gran número de casos, esos problemas. En ocasiones las grietas pueden llevarnos a otro problema, que son las infecciones. En una grieta se ha roto la piel, que es la primera defensa del cuerpo frente a las agresiones externas, por lo que, si hay grietas, las infecciones o heridas son más frecuentes.

  
                        3.4.2.- Mastitis. La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria, que es donde se va acumulando la leche materna hasta que el bebé succiona, la saca y vuelve a llenarse. En condiciones normales, el flujo de leche es lo que hace que, aunque entren bacterias, hongos o virus por ese conducto, se mantenga limpio y los agentes infecciosos no puedan atacar. La mastitis puede producirse por una retención de leche (y la leche es un caldo de cultivo para bacterias y hongos estupendo) o bien puede producirse por una inflamación como respuesta inmune de nuestro cuerpo para defenderse de una infección que ataca. El agente infeccioso más frecuente es una bacteria llamada Staphylococcus aureus. Y lo es porque se encuentra en casi todas las superficies, se reproduce con muhca facilidad y, por nuestra culpa, se está haciendo cada vez más resistente a los antibióticos (sí, principalmente porque los usamos cuando no debemos; ya hablaremos de eso en otro artículo, que hay una bronca que echar a la población, a algunos médicos y a muchos farmacéuticos).
 

4.- Inconvenientes de la lactancia artificial.
 

            4.1.- Nutrición. El principal inconveniente que le veo a la alimentación artificial es su composición nutricional. No porque sea mala, sino porque no es la más adecuada. Como hemos visto, la leche de pecho va modificando su fórmula conforme el niño mama. Tampoco es la misma composición en la toma de por la mañana que una de la noche. Ni la misma a los 2 días que a los 3 meses. Sin embargo, la leche de fórmula es la misma desde la primera toma hasta la que se hace con 5 meses y 25 días de vida. Repito: no es una mala alimentación, pero no es la más adecuada.

            En cuanto a las diferencias en distintas marcas, la verdad es que me parece que son unas diferencias tan nimias que no deben ni tenerse en cuenta. Mi hija, por ejemplo, creo que ha debido probar más de 5 marcas distintas de leche. Y bien con todas. La diferencia entre una marca y otra puede ser que una tenga más hierro, la otra más vitamina, una tercera más grasa... pero todas son buenas. La diferencia entre las leches de farmacia y de supermercado, según me dicen los fabricantes (la mayoría trabaja ya en los dos canales) es que, cuando sacan alguna mejora, dejan la nueva línea en el canal farmacia y la antigua en los supermercados.
           

            4.2.- Vínculos. Esta segunda es una desventaja un tanto subjetiva, porque puede haber quien diga que sí y muchos que digan que no. Se trata del vínculo que la lactancia crea entre madre e hijo, que en este caso no es algo tan “intenso”. Pero como acabo de decir, la alta subjetividad de este aspecto hace que me inhiba y no me pronuncie al respecto porque no se puede decir que los niños amamantados son más cariñosos con sus madres que los que toman biberón. Ahí intervienen muchos más factores que hacen que no se pueda medir. Sí podemos hacerlo con las enfermedades, que son menores y/o menos graves en los que reciben leche materna, pero no podemos hacerlo con los sentimientos.

            Queda otra opción que es la mezcla de ambas formas. Sin embargo, es más fácil para el bebé alimentarse del biberón porque la succión está facilitada y tiene que esforzarse menos. El problema es que si come más del biberón, comerá menos del pecho. Y así, al retirar menos leche, el cuerpo de la madre crea menos leche, con lo cual el bebé come menos y pide más del biberón. Es un círculo vicioso que al final hace que se elimine la lactancia materna. Esto es así porque el cuerpo no pasa de fabricar 150 ml de leche materna en cada toma a fabricar 210 de golpe, sino que necesita una adaptación y poco a poco va creando más. Sin embargo, si vemos que se toma un biberón entero de 180, podemos hacer 60 ml más si tiene  hambre. De ahí la frase de "empecé a meterle algunos biberones se se me retiró la leche"; eso es así porque nosotros le pedimos menos al cuerpo y el cuerpo hace lo que debe.

 
            Mi opinión y experiencia personal me lleva a aconsejar a todo el mundo a practicar la lactancia materna. Porque es más sano, es una alimentación más correcta, es más barato y es más práctico y fácil que andar preparando biberones. Pero, lo dicho, si no se quiere o no se puede practicar la lactancia materna, la artificial va perfeccionándose poco a poco y es bastante adecuada. De hecho, mi consejo es:

         - No usar la leche del número 1 para usar en su caso la de la madre.

         - Empezar a usar la del número 2 si se quiere/necesita ir retirando la lactancia materna por razones laborales, personales…  complementando a la materna.

         - Usar la del número 3 o 4 porque son bastante mejores que la leche de vaca (para niños de menos de 3 años) y más baratas y también mejores que las específicas (de vaca) para crecimiento que anuncian a diario en los medios de comunicación.

          
            Muchas veces (desconozco el porqué) hay médicos o farmacéuticos que, cuando la madre debe tomar un fármaco, directamente aconsejan retirar la lactancia. No, la cosa no es tan simple. Lactante y gestante no es lo mismo. Si bien durante el embarazo el 99 % de lo que la madre come le llega al feto en cantidades significativas, no todo lo que toma la madre pasa al bebé a través de la leche materna. Por ejemplo, muchas madres creen que fumar durante el embarazo es malísimo (que lo es, y sin embarazo también, pero durante el embarazo es mucho peor porque son dos los afectados y a uno muy gravemente) y durante la lactancia no pasa nada. Pues no, la nicotina pasa a leche y puede producir cólicos, aparte de cambiar el sabor de la leche e incluso de reducir su producción en la madre. Sin embargo, si la madre debe tratarse con amoxicilina (por ejemplo), no hay que abandonar la lactancia. Las cantidades que pasan a leche son mínimas y, de esas, sólo una parte la absorbe el bebé en su tracto digestivo por lo que la cantidad final es inferior a la DME (Dosis Mínima Efectiva), que es la cantidad mínima para que llegue a hacer efecto en el cuerpo, es decir, que el bebé apenas nota nada, ni hacen efecto en su cuerpo ni tienen efectos secundarios.

 
            Así que, si hay que tomar algo, lo mejor es buscar un poquito. Buscamos, por ejemplo, en www.e-lactancia.org en internet y ahí podemos buscar montones de fármacos para ver si su ingesta es compatible o no ocn la lactancia. Es más, si no lo es, te indican alternativas. Está hecho por pediatras, por lo que es fiable, que es algo muy importante en las búsquedas sanitarias por internet porque podemos encontrar de todo, como un tal Josep Pamies, que se dedica a divulgar que puede curar cáncer, SIDA o ébola. Y no, no es una página suelta, sino que hay muchos que quieren creérselo. Por eso es importante seleccionar mucho en las búsquedas. Y la página de e-lactancia es de fiar.  
 

            Finalmente, a modo de resumen, podría decir que dar el pecho es una gran oportunidad para aportarle a nuestro bebé un montón de salud ahorrando un montón de dinero, pero que cada cual debe tomar sus propias decisiones y valorar todos los pros y los contras. Es un disparate dar el pecho estando a disgusto, sólo conseguiremos enfados, dolor y frustración. Igual que es absurdo dejar de dar el pecho por una mala información.

 

Bibliografía: 


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